ESTA PAGINA ESTÀ DEDICADA HA MOSTRAR LA REALIDAD DE LA GUERRA Y SUS DISTINTAS CONSECUENCIAS DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS QUE MAS SUFRIERON Y SE VIERON PERJUDICADOS ,LAS CUALES NO FUERON EXPUESTAS PÚBLICAMENTE Y QUE MARCARON LA VIDA DE MUCHOS Y EN GENERAL LOS MÁS VULNERABLES DE LA SOCIEDAD.
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miércoles, 16 de junio de 2010
CRÍMENES BRITÁNICOS
CRÍMENES BRITÁNICOS
Uno de los mas conocidos es el Bombardeo de Dresde , ya comentado por el camarada Kuribayashi , que adjunto aqui:
Bombardeo de Dresde
Dresde después del bombardeo. Desparareció el 90% del centro de la ciudad y murieron entre 18.000 y 35.000 personas.
También a los Británicos se les echa en cara el uso de cárceles secretas donde se torturaba a los prisioneros de guerra. A estas prisiones se les conocía con el nombre de “Cajas” y estaban repartidas por diferentes lugares, aunque la más conocida era la Caja de Londres por donde pasaron importantes mandos del régimen nazi.
Son Alemanes. Fueron torturados por los británicos en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, entre 1945 y 1947.
No eran nazis, la mayoría de ellos eran comunistas.
Un informe secreto de Scotland Yard que acaba de dar a conocer The Guardian demuestra que al menos 372 hombres y 44 mujeres pasaron por estos centros de tortura.
Muchos murieron.Una persona muy famosa que estuvo en la Caja de Londres fue el General Kurt Meyer
Tropas Marroquíes-Francesas.
Marocchinate (en italiano: plural de marocchinata, traducible literalmente como "Moroccaned (mujer)") es un término aplicado a las víctimas de la violación en masa cometidos después de la batalla de Monte Cassino en Italia por Goumiers, las tropas marroquíes coloniales del cuerpo expedicionario francés ( CEF ), comandada por el general Alphonse Juin.
Antecedentes
Goumiers son tropas coloniales irregulares que constituyen el "Goums Marocains", una formación de aproximadamente el tamaño de una división, pero más débilmente organizada, que constituían el CEF junto con otras cuatro divisiones: la 2 ª División de Infantería marroquí, argelina, la 3 ª División de Infantería, el 4 de Marruecos División de Montaña y la 1 ª División de la Francia Libre. El "Goums Marocains" fueron comandadas por el general Augustin Guillaume.
El 14 de mayo de 1944, la Goumiers recorrió un terreno aparentemente infranqueable en las montañas de Aurunci.
El General Alphonse Juin supuestamente declaró antes de la batalla, "Por cincuenta horas usted será el dueño absoluto de lo que se encuentra más allá del enemigo. Nadie va a castigar por lo que va a hacer, nadie le preguntará acerca de lo que va a pasar''.
General Alphonse Juin
La Violación
Montecassino fue capturado por los aliados el 18 de mayo de 1944. La noche siguiente, miles de Goumiers y otras tropas coloniales pululaban por las laderas de las colinas que rodean la ciudad y en los pueblos de Ciociaria (Sur Lacio). Más de 2.000 mujeres, con edades de 11 a 86, fueron víctimas de la violencia, cuando aldea tras aldea quedó bajo control de la Goumiers. Hombres civiles que trataban de proteger a sus esposas e hijas fueron asesinados sin piedad. El número de hombres muertos ha sido estimado en aproximadamente 800 .
El alcalde de Esperia, una comuna en la provincia de Frosinone, informó de que en su ciudad, a 700 mujeres de un total de 2.500 habitantes fueron violadas y que algunos habían muerto como resultado. Según fuentes italianas, más de 7.000 civiles italianos, incluidos mujeres, niños y algunos hombres, fueron violadas por Goumiers .
Consecuencias
Las historias de violaciones en masa y la masacre de campesinos italianos, al parecer provocó que el papa Pio XII comunicara al Mando Aliado de su intenso deseo de que el CEF no podriá entrar a la ciudad de Roma en su liberación.
En Castro dei Volsci, un monumento llamado "Mamma Ciociara" está ahora a recordar a todas las mujeres y las madres que trató en vano de defenderse a sí mismos y de sus hijas.
La violación en el cine y la literatura
En 1957, el escritor italiano Alberto Moravia escribió la novela La Ciociara basado en la violación en masa en Ciociaria. Es el drama de una madre y su hija, ambas violadas por los Goumiers.
La película Dos mujeres (La Ciociara), dirigida por Vittorio de Sica y protagonizada por Sophia Loren se hizo después de este libro. En 1960, Loren ganó el Oscar a la Mejor Actriz. Esta fue la primera vez que una actriz ganó un Oscar por una pelicula de habla hispana.
Antecedentes
Goumiers son tropas coloniales irregulares que constituyen el "Goums Marocains", una formación de aproximadamente el tamaño de una división, pero más débilmente organizada, que constituían el CEF junto con otras cuatro divisiones: la 2 ª División de Infantería marroquí, argelina, la 3 ª División de Infantería, el 4 de Marruecos División de Montaña y la 1 ª División de la Francia Libre. El "Goums Marocains" fueron comandadas por el general Augustin Guillaume.
El 14 de mayo de 1944, la Goumiers recorrió un terreno aparentemente infranqueable en las montañas de Aurunci.
El General Alphonse Juin supuestamente declaró antes de la batalla, "Por cincuenta horas usted será el dueño absoluto de lo que se encuentra más allá del enemigo. Nadie va a castigar por lo que va a hacer, nadie le preguntará acerca de lo que va a pasar''.
General Alphonse Juin
La Violación
Montecassino fue capturado por los aliados el 18 de mayo de 1944. La noche siguiente, miles de Goumiers y otras tropas coloniales pululaban por las laderas de las colinas que rodean la ciudad y en los pueblos de Ciociaria (Sur Lacio). Más de 2.000 mujeres, con edades de 11 a 86, fueron víctimas de la violencia, cuando aldea tras aldea quedó bajo control de la Goumiers. Hombres civiles que trataban de proteger a sus esposas e hijas fueron asesinados sin piedad. El número de hombres muertos ha sido estimado en aproximadamente 800 .
El alcalde de Esperia, una comuna en la provincia de Frosinone, informó de que en su ciudad, a 700 mujeres de un total de 2.500 habitantes fueron violadas y que algunos habían muerto como resultado. Según fuentes italianas, más de 7.000 civiles italianos, incluidos mujeres, niños y algunos hombres, fueron violadas por Goumiers .
Consecuencias
Las historias de violaciones en masa y la masacre de campesinos italianos, al parecer provocó que el papa Pio XII comunicara al Mando Aliado de su intenso deseo de que el CEF no podriá entrar a la ciudad de Roma en su liberación.
En Castro dei Volsci, un monumento llamado "Mamma Ciociara" está ahora a recordar a todas las mujeres y las madres que trató en vano de defenderse a sí mismos y de sus hijas.
La violación en el cine y la literatura
En 1957, el escritor italiano Alberto Moravia escribió la novela La Ciociara basado en la violación en masa en Ciociaria. Es el drama de una madre y su hija, ambas violadas por los Goumiers.
La película Dos mujeres (La Ciociara), dirigida por Vittorio de Sica y protagonizada por Sophia Loren se hizo después de este libro. En 1960, Loren ganó el Oscar a la Mejor Actriz. Esta fue la primera vez que una actriz ganó un Oscar por una pelicula de habla hispana.
CRIMENES DE USA.
Por supuesto que los Estados Unidos tampoco se libran de este repaso. A ellos se les culpa de varios crímenes como la masacre de Dachau donde ejecutaron a un número poco claro (entre 20 y 300 según fuentes) de soldados de la SS que se habían rendido. También la masacre de Biscari, donde murieron 75 prisioneros italianos a manos de tropas americanas y varios sucesos similares como estos en la guerra del Pacífico, esta vez contra prisioneros japoneses.Todo esto sin olvidar las bombas atómicas que arrojaron sobre Hiroshima y Nagasaki, ya que son varias las voces que claman que fueron totalmente innecesarias y deberían juzgarse como crímenes de guerra.
Masacre de Dachau
"El asesinato de prisioneros de guerra desarmados no preocupaba a muchos de los hombres de la Compañía I aquel día. Para ellos los guardias de la SS no merecían la misma protección que los soldados capturados después de una lucha valiente. Para muchos de los integrantes de la Compañía I, los SS no eran más que animales viciosos, cuyo papel en esta guerra era saquear y usar de medios brutales, atormentar, torturar y asesinar a los indefensos civiles." Flint Whitlock, The Rock of Anzio, From Sicily to Dachau: A history of the U.S. 45th Infantry Division
A esto lleva la propaganda de guerra y no sólo queda en palabras sino en hechos sanguinarios como el que ocurrió aquel 29 de abril de 1945 en Dachau. Donde los componentes de un ejército firmante de los convenios de la Haya cometieron uno de los crímenes de guerra contra soldados más brutales de la historia de la Segunda Guerra Mundial, con el resultado de todo un batallón de las Waffen SS ejecutado a sangre fría tras haberse rendido. La unidad de combatientes de las Waffen SS había reccibido órdenes de dirigirse al campo para entregarlo a los americanso y de paso posibilitar a sus numerosos
heridos los servicios del hospital del mismo, mientras la guarnción habitual del mismo se retiraba. El hecho sigue sin ser juzgado y difícilmente se verá en algún libro de esos tan bonitos sobre la Segunda Guerra Mundial y mucho menos en un documental del Canal de la Historia.
La masacre de Katyń
La masacre de Katyń, también conocida como la masacre del bosque de Katyn (del polaco zbrodnia katyńska, literalmente «crimen de Katyń»), fue la ejecución en masa de ciudadanos polacos (muchos de ellos oficiales del ejército, hechos prisioneros de guerra) por la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. En el curso de la masacre, aproximadamente de 15.000[2] a 22.000[3] polacos fueron ejecutados en tres lugares de ejecución masiva durante la primavera de 1940.
El descubrimiento de las tumbas masivas por la Wehrmacht (ejército alemán) condujo a la ruptura de las relaciones entre el gobierno polaco en exilio (con sede en Londres) y la Unión Soviética. La masacre fue empleada con fines propagandisticos por el régimen nazi, mientras que Stalin culpaba al régimen nazi de la autoría.[1] No fue hasta 1990, bajo el gobierno de Mijaíl Gorbachov, cuando se aclaró la responsabilidad de la Unión Soviética. Este hecho influye hasta ahora en las relaciones entre Polonia y Rusia.
El 10 de abril de 2010 el avión que transportaba al Presidente de Polonia Lech Kaczyński así como a numerosos militares y miembros del Parlamento de ese país que se disponían a acudir a conmemorar la matanza se estrelló cerca de Smolensk, causando la muerte de todos ellos.
Hasta el 99% de los prisioneros restantes fueron subsecuentemente asesinados. Las personas de Kozielsk fueron asesinadas en el lugar habitual de ejecuciones en masa de Smolensko, llamado el bosque de Katyn. Las de Starobielsk fueron asesinadas dentro de la prisión del NKVD de Járkov y los cuerpos fueron enterrados cerca de Pyatikhatki; y los oficiales de policía de Ostashkov fueron asesinados en la prisión del NKVD de Kalinin (Tver) y enterrados en Miednoje.
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Durante la vista de Dimitrii S. Tokarev, anterior jefe de la Junta del Distrito del NKVD en Kalinin, se ofreció información detallada acerca de las ejecuciones en la prisión del NKVD de Kalinin.
De acuerdo con Tokarev, los fusilamientos empezaban por la tarde y terminaban al amanecer. El primer transporte, el 4 de abril de 1940, trajo 390 personas, y los verdugos se encontraron con un trabajo duro por tener que matar a tantas personas en una sola noche. Los siguientes transportes no llevaron más de 250 personas. Las ejecuciones fueron realizadas con pistolas tipo Walther de fabricación alemana suministradas por Moscú.
Las ejecuciones fueron metódicas. Después de revisar la información personal del condenado, éste era esposado y llevado a una celda aislada. Los sonidos de las ejecuciones eran enmascarados con máquinas ruidosas (tal vez ventiladores) durante la noche. Tras ser metido en la celda, la víctima era inmediatamente disparada en la nuca. Su cuerpo era sacado por la puerta de enfrente y depositado en uno de los cinco o seis vagones que esperaban, de donde era cogido el siguiente condenado. El procedimiento se desarrollaba cada noche, excepto en la fiesta del 1 de mayo.
Cerca de Smolensk, los polacos, con sus manos atadas a la espalda, eran conducidos a las fosas y disparados en la nuca,
estos hechos fueron cometidos por tropas aliadas a ciudadanos , muchos de elllos civiles.
Campo de concentración de Theresienstadt
Entrada al campo, en la fortaleza de Theresienstadt, con el lema, como en Auschwitz de: "El trabajo libera".
El campo de concentración de Theresienstadt fue instalado por los nazis en esta ciudad, que hoy lleva el nombre de Terezín y está actualmente situada en la Chequia, unos 60 kilómetros al norte de Praga.
El 10 de junio de 1940, la Gestapo tomó el control de Theresienstadt instalando una prisión en la Kleine Festung ("Fortaleza pequeña"). El 24 de noviembre de 1941, el lugar fue convertido en un ghetto amurallado, que presentaba una fachada que escondía la operación de exterminio de los judíos, impulsada por el jefe de las SS, Reinhard Heydrich. Para el mundo exterior, Theresienstadt debía aparecer como una colonia judía modelo. Incluso se rodó una película con el título de Der Führer schenkt den Juden eine Stadt (El "Führer" regala una ciudad a los judíos), para transmitir esa sensación. Pero se trataba de un campo de concentración, que también fue utilizado como campo de transición hacia Auschwitz y los otros campos de exterminio.
El 3 de mayo de 1945, el control del campo fue transferido por los alemanes a la Cruz Roja. Pocos días más tardes, el 8 de mayo de 1945, el Ejército Rojo entraba en Theresienstadt.
Un campo "especial"
En octubre de 1943 fueron deportados a Theresienstadt 476 judíos procedentes de Dinamarca. La mayoría de los judíos daneses pudieron salvarse, pues escaparon a Suecia, con los que las fuerza alemanas de ocupación no podían hacerse con ellos. Pero el gobierno danés tampoco abandonó a sus ciudadanos encerrados en Theresienstadt. La presión que hicieron sobre el gobierno nazi contribuyó a que los nazis, durante algunos meses, con fines propagandísticos y para engañar a la opinión pública internacional, convirtieran Theresienstadt en un campo modelo.
Los nazis incluso permitieron en junio de 1944 que una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja visitara Theresienstadt, para lo cual "adecentaron" el campo. Por ejemplo, para impedir dar la impresión de hacinamiento se reforzó antes de la visita el transporte de prisioneros al campos de Auschwitz-Birkenau, donde al principio se mantuvo a los deportados en una zona especial (el "campo familiar") para poder presentarlos en caso de que la Cruz Roja reclamara verlos. Después de la visita, esas personas fueron asesinadas. Se obligó a simular a decir a los prisioneros seleccionados por su mejor aspecto de que llevaban una vida tranquila y feliz, con buena comida e incluso presentaron viandas a los visitantes producto de una "panadería". Prisioneros además simulaban pasear por las calles como si fuesen libres, con niños y supuestas esposas con ellos. Cuando se les interrogaba ellos manifestaban frases aprendidas de antemano de elogios a sus carceleros.
En el propio Theresienstadt se instalaron cafés y hubo una cierta actividad cultural. Por ejemplo, se representó la ópera infantil Brundibár del compositor checo Hans Krása. El 26 de febrero de 1944 se empezó a rodar una película propagandística: "Theresienstadt – Ein Dokumentarfilm aus dem jüdischen Siedlungsgebiet", bajo dirección de Kurt Gerron. Se pretendía mostrar lo bien que les iba a los judíos bajo los "beneficios" del Tercer Reich. Tras las terminación de la película, la mayoría de los actores y el propio director fueron deportados a Auschwitz.
Se desarrollaron muchas otras actividades culturales, en las que participaron más de 2000 prisioneros, conocidos ya entonces o que lo fueron más adelante.1
martes, 15 de junio de 2010
Batalla de leningrado.
"Destruir las fuerzas enemigas situadas en el sector del Báltico y mediante la ocupación de los puertos de este mar, de Leningrado y de Kronstadt, arrebatar sus bases a la escuadra rusa. El OKH se ocupará de asegurar la conveniente cooperación con las potentes y rápidas fuerzas del Grupo de Ejércitos del Centro."
El sitio de Leningrado fue una acción militar alemana durante la Segunda Guerra Mundial encabezada por von Lebb que buscó inicialmente apoderarse de la ciudad de Leningrado , los soviéticos cosntruyeron una intrincada defensa alrededor de la ciudad, camuflaron aquellas edificaciones históricas con redes que impedían determinar su perfil y se llegó a colocar explosivos por todo el subsuelo para volar la ciudad si era tomada, con enemigos, población y todo.
Pero Hitler ante las perspectiva de tener que mantener a una población enemiga de más de 3.000.000 de habitantes instruyó que se le sitiara y se dejara morir a la población por hambre y frío. El sitio duró 900 días desde 1941 hasta 1944, la población rusa sitiada fué sometida la mas increible lucha por la supervivencia, donde el agotamiento de los alimentos llevó a parte de la población a realizar actos de antropofagía, mercado negro y comerse los muertos.
Familias enteras murieron de frío y hambre en sus hogares, los habitantes dieron cuenta desde palomas, gatos hasta ratas, la ciudad estuvo a punto de perecer si no hubiera sido que se estableció un corredor a través del Lago Helado Lagoda por donde llegaba una escualida ayuda a los sitiados. Los muertos hasta ser liberada la ciudad superaron los 2.200.000 habitantes.
Habitantes de la ciudad de Leningrado en busca de agua. El cerco nazi hizo que perecieran miles de personas de hambre, pero la ciudad nunca se rindió.
El sitio de Leningrado se en marca dentro de la operación Barbarroja o Barbarossa y duro aproximadamente desde 1941 al 1944.
"Cae la nieve, la vida de la ciudad está congelada, se ve gente con hambre y otra gente muerta ya. Por las calles no hay perros ni gatos. Ya los comieron a todos. Unos llevan en trineo agua del río Nevá, y otros, cadáveres de sus seres queridos. Las ventanas están oscuras, tras ellas trasluce la fría tranquilidad de la muerte. La vida es un milagro, pero de un peso extenuante. Así pasan octubre, noviembre y diciembre de 1941. Los leningradenses se sienten desesperados. No hay salida. La vida se va de la ciudad sitiada. Pero aquellos que siguen vivos ayudan al frente, pese a los bombardeos, el hambre y el frío que están sufriendo..."
Fue algo realmente cruel...
De ahí en adelante (durante todo 1942), vino la muerte y la desolación. No había en la ciudad suficientes alimentos para todos y muchas personas murieron de hambre y frío. A tal extremo llegó la miseria, que se optó por comer a los animales domésticos y otras cosas como cuero, medicinas y papel. Parecía que Leningrado caería en cualquier momento.
Sin embargo, tanta confianza hizo caer al Führer, que sacó parte de sus tropas en el norte y las mandó a Moscú, a insistir en el fallido intento por controlar la capital. Eso, sumado a que una ofensiva del Ejército Rojo permitió reabrir una vía de acceso a la ciudad en diciembre de 1941, comenzó a cambiar el panorama para los soviéticos.
El triunfo sobre Alemania en Stalingrado, animó aún más a los rusos. En enero de 1943, el Ejército Rojo lanzó una fuerte arremetida desde el interior de la ciudad, así como otras tropas atacaban a los alemanes por la retaguardia. El cerco se rompió y una línea férrea hacia Moscú revitalizó a la decaída Leningrado.
Pero Hitler ordenó mantener la presión, por lo que el asedio se prolongó durante todo el año, a pesar de que los comunistas no entregarían nunca la simbólica ciudad.
Llegó enero de 1944 y por fin se desató una batalla definitiva. Así como había sucedido en Kursk, lo mejor de ambos ejércitos se batió en la lucha por dos largas semanas. A fines de mes, el norte de la ciudad es liberado el 27 de enero de 1944. El 6 febrero llegaron los primeros trenes a la ciudad, poniendo fin a 900 jornadas de asedio.
La presencia alemana no terminaría sino hasta casi un año después, pero la ciudad nunca más sería nuevamente cercada.
LO QUE NO SE DIJO DE LA BOMBA ATOMICA.
DESDE EL PUNTO DE VISTA MAS REALISTA NO ERA NECESARIA LA BOMBA ATOMICA YA QUE SI EE.UU QUERIA DAR UNA MUESTRA DE SU PODER DE DESTRUCCION Y EXIGIR LA RENDICION DE JAPON, PODIA HABER ESTALLADO UNA BOMBA EN EL MAR DE JAPON A LA VISTA DE LOS JAPONESES O EN CUALQUIER LUGAR DE ESE PAIS DONDE NO HUBIESE HABITANTES. LOS DAÑOS POR RADIACION HUBIESEN SIDO MINIMOS Y NINGUNA MUERTE.
NO FUE NECESARIA.......FUE UN GENOCIDIO PROVOCADO POR LOS EE,UU, MAS ALLA QUE POR AÑOS SU MAQUINA DE PRENSA HAYA MINIMIZADO ESE CRIMEN SOBRE LA HUMANIDAD, MATAR A 120MIL PERSONAS EN DOS CIUDADES NO ES UNA NECESIDAD ES UN CRIMEN. LOS CIENTIFICOS QUE CONSTRUYERON LA BOMNBA ATOMICA LE PIDIERON AL GOBIERNO NORTEAMERICANO QUE INVITARA A LOS JAPONESES A VER LA FUERXZA DE LA BOMBA Y DESPUÉS NEGOCIAR LA PAZ AN TE UN INMINENTEB ATAQUE .ESO HABRÍA SIDO LO CORRECTO Y SI SE HUBIESEN NEGADO LOS JAPON ESES TAL VES SOLO TENDRIA UN POCO DE LOGICA .
LA VERDA ES QUE USA NECESITABA VENGARSE POR PEAL HARBOR ADEMAS DE TENER UN PRESTIGIO COMO SUPERPOTENCIA PARA AMEDRENTAR A LOS DEMAS PAISES HACERCA DE SU PODERIO Y FUERZA DE ARMAMENTO RAZON POR LA CUÁL FUERON LANZADAS LAS BOMBAS EN NAGASAKI E HIROSHIMA LAMENTABLEMENTE SOBRE POBLACIÓN CIVIL
NO FUE NECESARIA.......FUE UN GENOCIDIO PROVOCADO POR LOS EE,UU, MAS ALLA QUE POR AÑOS SU MAQUINA DE PRENSA HAYA MINIMIZADO ESE CRIMEN SOBRE LA HUMANIDAD, MATAR A 120MIL PERSONAS EN DOS CIUDADES NO ES UNA NECESIDAD ES UN CRIMEN. LOS CIENTIFICOS QUE CONSTRUYERON LA BOMNBA ATOMICA LE PIDIERON AL GOBIERNO NORTEAMERICANO QUE INVITARA A LOS JAPONESES A VER LA FUERXZA DE LA BOMBA Y DESPUÉS NEGOCIAR LA PAZ AN TE UN INMINENTEB ATAQUE .ESO HABRÍA SIDO LO CORRECTO Y SI SE HUBIESEN NEGADO LOS JAPON ESES TAL VES SOLO TENDRIA UN POCO DE LOGICA .
LA VERDA ES QUE USA NECESITABA VENGARSE POR PEAL HARBOR ADEMAS DE TENER UN PRESTIGIO COMO SUPERPOTENCIA PARA AMEDRENTAR A LOS DEMAS PAISES HACERCA DE SU PODERIO Y FUERZA DE ARMAMENTO RAZON POR LA CUÁL FUERON LANZADAS LAS BOMBAS EN NAGASAKI E HIROSHIMA LAMENTABLEMENTE SOBRE POBLACIÓN CIVIL
Historia de la bomba atómica
Mientras se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, en 1945, la guerra en Asia y en Pacífico se caracterizó por la desesperada defensa que tuvieron los japoneses, que ya se sentían dominados por sus enemigos. Los estadounidenses no cesaban en su acoso, poniendo en su ofensiva tanto tesón como en su resistencia ponían los japoneses. El 5 de abril, la Unión Soviética declaró inválido el Pacto de Amistad que tenía con Japón, entrando en guerra con ese país, ya virtualmente vencido. La presión aliada se acentuó día a día. El 6 de agosto, la aviación estadounidense lanzó la primera bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, destruyendo totalmente la población y causando más de cien mil víctimas. El 8 de agosto fue arrojada sobre Nagasaki otra bomba atómica, de efectos aún más destructores que la primera. Los gobernantes japoneses, anonadados por la magnitud de tales desastres, solicitaron la paz el 15 de agosto. El 2 de septiembre, a bordo del acorazado estadounidense Missouri, fondeado en la bahía de Tokio, Japón firmó su rendición incondicional.
Composición de la bomba atómica
La energía gigante del átomo reside en el núcleo, produciendo la "energía atómica nuclear".
Esta "energía atómica nuclear" es inmensa y se produce de dos formas distintas, que parecerían contradictorias: Por "fisión" o división… y por "fusión" o integración,
Efectos de la bomba atómica
La bomba de Nagasaki con una potencia de 21 kilotones de dinamita generó niveles de explosión y calor que no pueden compararse con las producidas por las armas convencionales. Además del feroz viento de la explosión y el calor radiado, se liberó radiación. Se piensa que de toda la energía producida fueron 50% de explosión, 35% de calor y 15% de radiación.
Se hace un conteo del total de los muertos de las dos bombas y estas son las cifras:
Bomba Muertos Heridos
Hiroshima 118.661 79.130
Nagasaki 73.884 74.909
Total 192.545 154.039
También hubo casi 50.000 viviendas destruidas y 175.000 personas damnificadas. Todo esto todo en unos segundos.
Efectos futuros
Aparte de todos los que murieron con la explosión misma, los efectos de la bomba atómica no quedaron ahí. La caída de la bomba crea otro peligro además. La lluvia que sigue a cualquier explosión atómica, está cargada de partículas radiactivas y muchos sobrevivientes a las explosiones en Hiroshima y Nagasaki, sucumbieron al envenenamiento causado por esa radiación. También se habla de lesiones oculares, problemas hepáticos, problemas epidémicos, lesiones en los aparatos genitales, etc. (Por las altas temperaturas, vientos huracanados y la cantidad de energía que poseía la bomba) También hubo mucha gente que moría años después del incidente. Gente que, según lo cerca que estaba del epicentro del desastre había quedado señalado por la radiación. Es cierto que los que estaban más cerca del epicentro no tardaron mucho en morir, pero también es verdad que los más "afortunados" tuvieron que malvivir durante años, con llagas, quemaduras y demás, hasta que les llegó la hora.
La detonación tiene también otro efecto letal escondido, que afecta a las generaciones futuras de todos los que la sobreviven. La leucemia está entre las mayores afecciones que son transmitidas a los descendientes de los supervivientes.
jueves, 27 de mayo de 2010
EL PLAN DE HITLER PARA LIMPIAR LA RAZA.
60,000 marcos es lo que esta persona que sufre un defecto hereditario cuesta a la comunidad durante su vida. Alemán, ese es también tu dinero", con este lema un cartel de la Oficina de Políticas Raciales apelaba al bolsillo de los alemanes para justificar un programa nazi que pretendía eliminar a aquellos que Hitler definía como los que "no merecían vivir", el programa que oficialmente duró desde el 1939 al 1941, serviría de ensayo para el posterior Holocausto de los judíos en Europa.La idea de higiene racial, había formado parte de la ideología de Hitler desde el principio. Si los judíos eran considerados un bacilo que debía eliminarse del "cuerpo racial alemán" los discapacitados eran vistos como una parte enferma de este y no merecerían tampoco un final mejor.En Julio del 1933, al poco de llegar al poder los Nazis, estos promulgaron la "Ley de prevención de la descendencia de de personas con enfermedades hereditarias". Esta ley imponía la esterilización obligatoria para personas que sufrían las que se suponía que eran enfermedades hereditarias como la esquizofrenia, epilepsia, enfermedad de Huntington o "imbecilidad". También debían ser esterilizados los alcohólicos crónicos y los que presentaban otras "desviaciones" sociales como prostitutas. Los tribunales de Salud Hereditaria (Erbgesundheitsgerichte) se encargaban de inspeccionar los asilos, casas de acogida, prisiones y las escuelas especiales para seleccionar los que debían ser esterilizados.Un total de unas 360,000 personas fueron esterilizadas como consecuencia de la aplicación de la Ley entre 1933 y 1939. Aunque algunos sugirieron que la aplicación de la ley se extendiera también a las personas con defectos físicos, finalmente no fue así, tal vez porque algunos mandamases nazis hubieran tenido que sufrir su propia medicina como Goebels o Bouhler. La falta de mano de obra que sufrió Alemania a partir del 1937 cuando el país se encontraba en pleno rearme, hizo que el ritmo de las esterilizaciones decayera.Contrario a lo que uno pueda imaginar este tipo de teorías de "darwinismo social" no eran únicas de los Nazis. A principios del siglo XX, la Eugenesia, mejora de los rasgos hereditarios mediante selección "artificial", contaba con muchos seguidores especialmente en Estados Unidos. La idea de esterilización de personas anti-sociales y con este tipo de enfermedades también llegó a tomar forma de ley en Estados Unidos, Suecia y Suiza entre otros. En Suecia por ejemplo 63,000 fueron esterilizadas entre 1935 y 1975.En la Alemania de antes de Hitler este tipo de políticas ya habían empezado a arraigar, los que apoyaban las políticas de eugenesia, creían que la medicina moderna y los costosos programas de ayuda social interferían con la selección natural de "supervivencia del más fuerte". Los que apoyaban estas medidas solían ser gente educada tanto de la derecha como de la izquierda. Estas ideas serían absorbidas por el Partido Nazi durante los años 20.Pero los planes de Hitler irían un poco más allá, y haría un aplicación más extrema e intensiva, y pasaría de la esterilización al asesinato. Hitler se había mostrado siempre favorable a eliminar las personas que no "merecían vivir", sin embargo era consciente que la opinión pública no aceptaría este tipo de medidas en tiempos de paz, pero con una guerra todo sería más fácil.De hecho el estallido de la guerra hizo que este tipo de personas fuera visto como más costoso aún, pues a parte de los recursos que necesitaban, ocupaban sitio en hospitales e instituciones que eran necesarios para atender a los soldados heridos o gente evacuada de las ciudades bombardeadas.
El Doctor Hermann Pfannmüller dijo "La idea insoportable que lo mejor, la flor y nata de nuestra juventud, tenga que perder su vida en el frente para que los imbéciles y elementos asociales e irresponsables tengan una existencia cómoda en un asilo".En Mayo del 1939, cuando Hitler ya tenía decidido atacar Polonia. Hitler decidió crear el Comité para el Registro Científico de las Enfermedades Hereditarias y Congénitas Serias, que sería dirigido por su médico personal Karl Brandt. Al poco empezarían los asesinatos de niños. Los médicos eran obligados a informar de todos los casos de recién nacidos con enfermedades graves. El objetivo del plan eran todos los niños menores de 3 años de los que se pudiera sospechar que sufrieran alguna de las enfermedades hereditarias, a las que se le añadía mongolismo, microcefalia, hidrocefalia, malformaciones, ceguera, sordera o parálisis. Un tribunal de expertos médicos daba su aprobación para que el niño fuera asesinado.Como era de esperar los padres no eran partidarios de aplicar este tipo de medidas con sus hijos, particularmente los padres de áreas católicas. Por lo que se recurría al engaño, haciéndoles creer que sus hijos iban a ir a centros especiales donde recibirían los mejores cuidados o incluso disfrutarían de unas vacaciones. En realidad su estancia en estos centros se limitaba a escasas semanas donde era "evaluados" y posteriormente asesinados por inyección letal, sus muertes eran registradas como "neumonía".Posteriormente se aprovechaba el cadáver para realizar una autopsia y se procedía tomar muestras del cerebro para ser usada en posteriores investigaciones médicas. Curiosamente este último paso, dentro de la brutalidad, lejos de remover la consciencia de los médicos y demás personas implicados, les hacía sentirse mejor, pues la muerte no había sido en vano, sino que servía a la ciencia.Con el estallido de la guerra en 1939, el proceso de selección y evaluación se relajó y se extendió a niños mayores y adolescentes, delincuentes juveniles y por supuesto niños judíos. A su vez muchos padres empezaron a sospechar lo que estaba ocurriendo, pues se hizo muy evidente cuando se estaba procediendo a eliminar las instituciones que se encargaban del cuidado de estos niños. En estos casos se pasaba las amenazas de quitarles la custodia o trabajos forzados.
En 1941 el número de niños asesinados ya se elevaba a más de 5,000.La guerra también fue aprovechada para extender el programa a adultos con discapacidades, los primeros serían pacientes de instituciones de la recién invadida Polonia, en total unos 17,000 entre fusilados y gaseados. Esta práctica se adoptaría también en Alemania, donde llegaría se llegaría a aplicar de manera sistemática. Así se ordenó que los hospitales y los centros de cuidado de niños y mayores debían informar del estado de los pacientes que llevaran más de 5 años internados, muchos doctores exageraban la gravedad del estado de estos enfermos pues pensaban que la intención era emplearlos en trabajos forzados. Los pacientes judíos fueron asesinados durante el 1940. Para entonces el programa T4 ya contaba con seis instalaciones de gaseamiento.Como pasaba con los niños una tribunal médico examinaba cada caso y al igual que ocurrió con ellos a medida que la guerra avanzaba el rigor de estos tribunales era menor, muchas veces los médicos que decidían ni si quiera veían el paciente. También los métodos de eliminación evolucionaron pasando de la inyección letal a las cámaras de gas.Con la finalidad de confundir a las familias primero se enviaba a los enfermos a hospitales de tránsito y finalmente llegaban los centros de "tratamiento especial", con la excusa de la guerra se decía a las familias que las visitas estaban restringidas, aunque realmente los enfermos eran asesinados a las 24 horas de su llegada a estos centros. Posteriormente las familias recibían un certificado de defunción con una causa y fecha ficticia y una urna funeraria con cenizas que se suponía que eran de su familiar, pero rara vez lo eran porque las ejecuciones se realizaban en masa. A veces incluso se pedía a las familias que sufragaran los costes funerarios.Conscientes que el programa T4 despertaría el rechazo de la opinión pública las autoridades nazis lo intentaron mantener en secreto, aunque fue del todo imposible debido al gran número de doctores, enfermeras y funcionarios implicados, algunos llegaron a explicar más que lo que debían, algunos cuando estaban borrachos. Aunque el programa fue ampliamente aceptado por los médicos.El programa T4 finalmente se convirtió en un secreto a voces. Unas veces las causas de muerte de aparecían en los certificados eran imposibles, apendicitis en un enfermo sin apéndice. Otras veces, casualidades difíciles de creer como que todos los niños "especiales" de un mismo pueblo que habían ido de colonias y murieran por neumonía el mismo día. También despertaban sospechas los autobuses cargados de enfermos de los que nunca más se sabía nada más, excepto los inquietantes humos que salían de las chimeneas de estos centros. Otros casos son aún más siniestros como la aparición de cenizas con pelo humano en las calles de Handamar, pueblo que albergaba uno de los centros de "cuidados especiales".Un rumor, en este caso falso, que afirmaba que los soldados mutilados provenientes del frente ruso corrían la misma suerte, incrementó los temores y alentó las voces críticas incluso dentro del partido. Finalmente fue en 1940, cuando las protestas y presión populares aumentaron, especialmente en círculos católicos. Varios obispos pero en especial el de Munster, Clemens August von Galen el León de Munster, denunció el programa en varias pastorales y escritos. Sus sermones no fueron publicado por la prensa alemana pero circularon en panfletos ilegales. Galen no fue arrestado por el temor a una revuelta popular, aunque se tiene constancia de que había planes de eliminarlo "después de la victoria final". Otros sacerdotes católicos que se opusieron, eran menos conocidos y acabaron en la cárcel o en campos de concentración.Las protestas se acabaron extendiendo a Baviera, donde una multitud increpó a Hitler en persona, la única vez durante sus 12 años de mandato. Finalmente Hitler consciente que no se podía permitir una confrontación con la iglesia en tiempos de guerra decidió cancelar el programa el 24 de Agosto de 1941. Por otra parte la invasión de la Unión Soviética posibilitaba nuevas oportunidades al personal del T4 para aplicar sus conocimientos en la "solución final del problema judío". En 1942 se reemprendió aunque de manera local y a menor escala, las victimas ya no eran asesinadas en instalaciones de gaseamiento centrales, sino por inyección letal o sobredosis de drogas en varias clínicas dispersas por toda Alemania y Austria, si bien otras veces se optaba por dejarlos morir de hambre, sin duda más barato y cruel.Se estima que hasta 1941 habrían sido ejecutados entre 75,000 y 100,000 personas, aunque el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg se calculó que el número total de víctimas fue de 275,000.
VÌCTIMAS DE LA GUERRA...
LOS NIÑOS DE HITLER
Nacieron de un programa nazi para crear una «raza superior» étnicamente pura. La dolorosa búsqueda para descubrir sus raíces.
Ahora Helga Kahmarau tiene 53 años. Desde pequeña siempre tuvo la sensación de ser diferente. Nacida en la Alemania nazi, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Helga tiene vagos recuerdos de elegantes entornos, hombres de apariencia importante en nítidos uniformes, una vida de privilegios y comodidades. La madre de Helga había sido una secretaria en los despachos tanto del principal asesor de Hitler, Martin Bormann, como del Ministro de Propaganda Nazi, Joseph Goebbels, pero Mathilde Kahrau se negaba a decir nada más de la guerra. Fue sólo después de la muerte de Mathilde, en 1993, que Helga comenzó a examinar su pasado familiar... y se horrorizó por sus hallazgos.
Sus padres casi ni se conocían. Su madre, una fervoroza nazi, conoció al padre de Helga, un oficial del ejército alemán, en Berlín, durante una fiesta por la conquista hitleriana de Francia, en junio de 1940. Sostuvieron una relación de una noche y, nueve meses después, Mathilde dió a luz en un hogar de Lebensborn -o Fuente de Vida- en las afueras de Munich. El recinto era uno de varios instalados en la Europa ocupada por las temidas SS de Heinrich Himmler, para cuidar de mujeres solteras embarazadas, cuyas características raciales -cabello rubio, ojos azules, sin ascendencia judía- correspondían al ideal ario de los nazis. Al nacer, Helga fue ungida una de los escogidos del führer, parte de la generación de niños «racialmente puros» que poblarían el imperio alemán. Posteriormente, su madre envió a Helga al cuidado de un oficial de alto rango en la policía secreta nazi. Ella creció en un enclave nazi en las afueras de la ciudad de Lodz, en la Polonia ocupada, mientras su padre adoptivo contribuía a supervisar las ejecuciones con gases tóxicos de miles de judías en el vecino campo de concentración Chelmno. «Pasé mis primeros cuatro años bajo la crianza y tutoría de la elite nazi», dice. «Estuve relacionada, de manera fundamental, con asesinos»
Helga y otros miles de europeos de mediana edad luchan contra las consecuencias de uno de los experimentos sociales más alarmantes del nazismo: la creación de una «raza superior». Después de la guerra, muchos de los niños de Lebensborn crecieron vilipendiados como descendientes de los nazis y atormentados por la incertidumbre de sus orígenes.
Aquellos que trataban de obtener respuestas eran, con frecuencia, frenados por los alemanes renuentes a confrontar su pasado nazi. Sus padres naturales o adoptivos a menudo guardaban silencio acerca del programa de Lebensborn; la prensa alemana no informó, durante décadas, de los experimentos raciales de Himmler. La destrucción de miles de expedientes alemanes de Lebensborn por las tropas de la SS durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial agudizó el misterio sobre la identidad de los niños. Pero hace poco, algunos de los 20 mil niños de Lebensborn han estado obteniendo respuestas. En diciembre, periodistas de la televisión alemana descubrieron mil expedientes de Lebensborn olvidados desde hace mucho tiempo en un archivo del gobierno alemán en Berlín, y dos organizaciones noruegas están ayudando en este momento a que muchos nacidos durante la guerra encuentren las huellas de sus padres.
El programa Lebensborn fue el resultado directo de la obsesión de los nazis respecto a la desigualdad racial. A los alemanas se les alentaba a tener muchos niños. En 1933, la dictadura nazi declaró ilegal que las mujeres arias se sometieran a abortos. Las SS de Himmler luego construyeron 20 hogares Lebensborn en Alemania y otras naciones europeas, donde las mujeres arias podían, discretamente, dar luz a sus bebés ilegítimos. Para garantizar la reserva, la identidad de las madres y de sus parejas -con frecuencia oficiales de las SS- se registraban en expedientes estrechamente custodiados, que se mantenían separados de las actas municipales de nacimiento. Algunas madres conservaron a sus bebés. Pero cientos, por vergüenza o por necesidades financieras, entregaron a sus niños para adopción o los abandonaron.
La suerte de los niños fue mucho más cruel en Noruega. Los nazis admiraban la sangre vikinga de los noruegos y cuando Alemania la invadió, en 1940, los comandantes de la Wehrmacht instaron a sus tropas en Noruega a procrear tantos niños como les fuera posible con mujeres noruegas. Miles de mujeres aceptaron. Después de la guerra muchas de ellas y sus hijos fueron hostigados, vapuleados y llamados «cerdos nazis» por sus maestros, condiscípulos y vecinos. Cientos de niños fueron internados masivamente en instituciones. La policía envió a unas 14.000 adolescentes y mujeres que habían sostenido relaciones con soldados de la Wehrmacht a campos de concentración. El jefe del hospital mental más grande de Noruega aseguró que las mujeres que habían copulado con soldados alemanes eran «deficientes mentales» y concluyó que el 80 por ciento de sus descendientes tenían que ser retrasados.
Helga Kahmarau
Paul Hansen arrastró ese calificativo durante décadas. Hijo de una breve aventura entre un piloto de la Luftwaffe y una sirviente que abandonó a su bebé al nacer. Hansen, de 57 años, pasó sus primero tres años en la relativa comodidad de un hogar Lebensborn al norte de Oslo. Pero su vida dio un giro terrible después de la guerra, dice, a causa de su ancestro alemán . Hansen fue trasladado a un centro donde se reunía con Lebensborn no reclamados. Dada su condición de epiléptico, fue rechazado para adopción y fue enviado, junto con otros 20 niños de Lebensborn, a un centro para los que no podían encontrar hogar. Funcionarios del Ministerio de Asuntos Sociales clasificaron entonces a estos niños, mitad alemanes, como retardados y los transportaron a instituciones mentales. Hansen recuerda los días que era insultado y vapuleado por los guardías, y las noches que pasó en dormitorios salpicados de excrementos, escuchando los gritos psicóticos de otros internos. Hansen no obtuvo su libertad hasta cumplir los 22 años.
Encontró un pequeño apartamento y un trabajo en una fábrica, y comenzó a buscar a sus padres. No había acceso a los expedientes noruegos de Lebensborn, pero con la ayuda del Ejército de Salvación en Noruega, supo que su padre había muerto en Alemania en 1952. Le siguió la pista a su madre hasta la población de Pasewalk, en Alemania Oriental. En 1965 viajó allí, pero la reunión fue una decepción. «Yo esperaba que extendiera sus brazos y dijera: ´oh, hijo mío´. Pero no le importó», recuerda. «Cuando le dije que había pasado mi vida en instituciones mentales, me contestó ´¿Y que? No fuíste el único». Hansen jamás regresó.
En los últimos años, Hansen ha encontrado cierta paz. Lo que le ha hecho la vida más soportable, dice, es la creciente disposición de los niños de Lebensborn noruegos de darse a conocer y compartir sus experiencias. Hansen dice que ha encontrado «nuevos hermanos y hermanas» a través de su participación de un grupo de apoyo; la reciente desclasificación de los expedientes de Lebensborn ha permitido a muchos niños de la guerra descubrir a sus padres. El mes pasado,
Hansen y otros seis descendientes de Lebensborn interpusieron una demanda contra el gobierno, solicitando millones de dólares en daños por décadas de tratamiento brutal. En la víspera de Año Nuevo del año pasado, el Primer Ministro de Noruega pareció admitir la responsabilidad del gobierno, al manifestar por primera vez sus disculpas públicas, por el acaso e «injusticia cometidos» contra los niños de la guerra.
Helga Kahrau jamás ha encontrado esa paz. La búsqueda de sus raíces comenzó a mediados de la década de 1970, cuando vio un documental de la televisión alemana sobre el programa Lebensborn. Pero temía preguntar a su madre sobre su historia familiar. Cuando Mathilde Kahrau murió, Helga viajó a Pullach, cerca de Munich, la antigua residencia de sus padres adoptivos y actual sede de la central de inteligencia alemana después de la guerra. Allí descubrió expedientes nazis que aportaban información sobre su padre adoptivo y los crímenes que cometió la servicio de la «solución final». Las últimas piezas encajaron en marzo de 1994, el día de su cumpleaños cuando recibió una llamada telefónica de un hombre que se identificó como su padre natural.
Padre de Helga
Helga se quedó estupefacta. «Le dije: ´¿porqué me llamas después de 53 años?´ A sus 80 y aquejado de cáncer, él le explicó que sus pensamientos se habían vuelto hace poco hacia la hija que había procreado durante la guerra. Se reunieron al día siguiente. «El era encantador», dice, «Fue amor a primera vista». Le contó a Helga de la noche de pasión con su madre, de su servicio militar en el París ocupado, y de su carrera en bienes raíces tras la guerra.. «Se había hecho millononario», dice Kahrau. A medida que empeoraba la salud de su padre, lo atendió ininterrumpidamente, esperando recibir parte de su herencia. Pero cuando él murió en 1996, Helga como hija ilegítima no heredo nada.
En los cuatro años transcurridos, Helga ha encontrado alivio hablando con un psicólogo. Ha visitado varias veces el sitio donde nació, el primer hogar Lebensborn en Steinhöring, cerca de Munich. Pero, a diferencia de Noruega, Alemania no tiene grupos de apoyo para los niños del programa, como tampoco ella ha encontrado apoyo en la sociedad alemana para enfrentar el tema. A Helga le sigue preocupando que la gente presuma que ella es una nazi., porque «crecí al lado de asesinos», dice. «Ser un niño de Lebensborn es todavía motivo de oprobio», admite. Esa vergüenza es el legado de los nazis a aquellos que, según creyeron una vez, heredarían la tierra.
En los últimos años, Hansen ha encontrado cierta paz. Lo que le ha hecho la vida más soportable, dice, es la creciente disposición de los niños de Lebensborn noruegos de darse a conocer y compartir sus experiencias. Hansen dice que ha encontrado «nuevos hermanos y hermanas» a través de su participación de un grupo de apoyo; la reciente desclasificación de los expedientes de Lebensborn ha permitido a muchos niños de la guerra descubrir a sus padres. El mes pasado,
Hansen y otros seis descendientes de Lebensborn interpusieron una demanda contra el gobierno, solicitando millones de dólares en daños por décadas de tratamiento brutal. En la víspera de Año Nuevo del año pasado, el Primer Ministro de Noruega pareció admitir la responsabilidad del gobierno, al manifestar por primera vez sus disculpas públicas, por el acaso e «injusticia cometidos» contra los niños de la guerra.
Helga Kahrau jamás ha encontrado esa paz. La búsqueda de sus raíces comenzó a mediados de la década de 1970, cuando vio un documental de la televisión alemana sobre el programa Lebensborn. Pero temía preguntar a su madre sobre su historia familiar. Cuando Mathilde Kahrau murió, Helga viajó a Pullach, cerca de Munich, la antigua residencia de sus padres adoptivos y actual sede de la central de inteligencia alemana después de la guerra. Allí descubrió expedientes nazis que aportaban información sobre su padre adoptivo y los crímenes que cometió la servicio de la «solución final». Las últimas piezas encajaron en marzo de 1994, el día de su cumpleaños cuando recibió una llamada telefónica de un hombre que se identificó como su padre natural.
Helga se quedó estupefacta. «Le dije: ´¿porqué me llamas después de 53 años?´ A sus 80 y aquejado de cáncer, él le explicó que sus pensamientos se habían vuelto hace poco hacia la hija que había procreado durante la guerra. Se reunieron al día siguiente. «El era encantador», dice, «Fue amor a primera vista». Le contó a Helga de la noche de pasión con su madre, de su servicio militar en el París ocupado, y de su carrera en bienes raíces tras la guerra.. «Se había hecho millononario», dice Kahrau. A medida que empeoraba la salud de su padre, lo atendió ininterrumpidamente, esperando recibir parte de su herencia. Pero cuando él murió en 1996, Helga como hija ilegítima no heredo nada.
En los cuatro años transcurridos, Helga ha encontrado alivio hablando con un psicólogo. Ha visitado varias veces el sitio donde nació, el primer hogar Lebensborn en Steinhöring, cerca de Munich. Pero, a diferencia de Noruega, Alemania no tiene grupos de apoyo para los niños del programa, como tampoco ella ha encontrado apoyo en la sociedad alemana para enfrentar el tema. A Helga le sigue preocupando que la gente presuma que ella es una nazi., porque «crecí al lado de asesinos», dice. «Ser un niño de Lebensborn es todavía motivo de oprobio», admite. Esa vergüenza es el legado de los nazis a aquellos que, según creyeron una vez, heredarían la tierra.
Nacieron de un programa nazi para crear una «raza superior» étnicamente pura. La dolorosa búsqueda para descubrir sus raíces.
Ahora Helga Kahmarau tiene 53 años. Desde pequeña siempre tuvo la sensación de ser diferente. Nacida en la Alemania nazi, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Helga tiene vagos recuerdos de elegantes entornos, hombres de apariencia importante en nítidos uniformes, una vida de privilegios y comodidades. La madre de Helga había sido una secretaria en los despachos tanto del principal asesor de Hitler, Martin Bormann, como del Ministro de Propaganda Nazi, Joseph Goebbels, pero Mathilde Kahrau se negaba a decir nada más de la guerra. Fue sólo después de la muerte de Mathilde, en 1993, que Helga comenzó a examinar su pasado familiar... y se horrorizó por sus hallazgos.
Sus padres casi ni se conocían. Su madre, una fervoroza nazi, conoció al padre de Helga, un oficial del ejército alemán, en Berlín, durante una fiesta por la conquista hitleriana de Francia, en junio de 1940. Sostuvieron una relación de una noche y, nueve meses después, Mathilde dió a luz en un hogar de Lebensborn -o Fuente de Vida- en las afueras de Munich. El recinto era uno de varios instalados en la Europa ocupada por las temidas SS de Heinrich Himmler, para cuidar de mujeres solteras embarazadas, cuyas características raciales -cabello rubio, ojos azules, sin ascendencia judía- correspondían al ideal ario de los nazis. Al nacer, Helga fue ungida una de los escogidos del führer, parte de la generación de niños «racialmente puros» que poblarían el imperio alemán. Posteriormente, su madre envió a Helga al cuidado de un oficial de alto rango en la policía secreta nazi. Ella creció en un enclave nazi en las afueras de la ciudad de Lodz, en la Polonia ocupada, mientras su padre adoptivo contribuía a supervisar las ejecuciones con gases tóxicos de miles de judías en el vecino campo de concentración Chelmno. «Pasé mis primeros cuatro años bajo la crianza y tutoría de la elite nazi», dice. «Estuve relacionada, de manera fundamental, con asesinos»
Helga y otros miles de europeos de mediana edad luchan contra las consecuencias de uno de los experimentos sociales más alarmantes del nazismo: la creación de una «raza superior». Después de la guerra, muchos de los niños de Lebensborn crecieron vilipendiados como descendientes de los nazis y atormentados por la incertidumbre de sus orígenes.
Aquellos que trataban de obtener respuestas eran, con frecuencia, frenados por los alemanes renuentes a confrontar su pasado nazi. Sus padres naturales o adoptivos a menudo guardaban silencio acerca del programa de Lebensborn; la prensa alemana no informó, durante décadas, de los experimentos raciales de Himmler. La destrucción de miles de expedientes alemanes de Lebensborn por las tropas de la SS durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial agudizó el misterio sobre la identidad de los niños. Pero hace poco, algunos de los 20 mil niños de Lebensborn han estado obteniendo respuestas. En diciembre, periodistas de la televisión alemana descubrieron mil expedientes de Lebensborn olvidados desde hace mucho tiempo en un archivo del gobierno alemán en Berlín, y dos organizaciones noruegas están ayudando en este momento a que muchos nacidos durante la guerra encuentren las huellas de sus padres.
El programa Lebensborn fue el resultado directo de la obsesión de los nazis respecto a la desigualdad racial. A los alemanas se les alentaba a tener muchos niños. En 1933, la dictadura nazi declaró ilegal que las mujeres arias se sometieran a abortos. Las SS de Himmler luego construyeron 20 hogares Lebensborn en Alemania y otras naciones europeas, donde las mujeres arias podían, discretamente, dar luz a sus bebés ilegítimos. Para garantizar la reserva, la identidad de las madres y de sus parejas -con frecuencia oficiales de las SS- se registraban en expedientes estrechamente custodiados, que se mantenían separados de las actas municipales de nacimiento. Algunas madres conservaron a sus bebés. Pero cientos, por vergüenza o por necesidades financieras, entregaron a sus niños para adopción o los abandonaron.
La suerte de los niños fue mucho más cruel en Noruega. Los nazis admiraban la sangre vikinga de los noruegos y cuando Alemania la invadió, en 1940, los comandantes de la Wehrmacht instaron a sus tropas en Noruega a procrear tantos niños como les fuera posible con mujeres noruegas. Miles de mujeres aceptaron. Después de la guerra muchas de ellas y sus hijos fueron hostigados, vapuleados y llamados «cerdos nazis» por sus maestros, condiscípulos y vecinos. Cientos de niños fueron internados masivamente en instituciones. La policía envió a unas 14.000 adolescentes y mujeres que habían sostenido relaciones con soldados de la Wehrmacht a campos de concentración. El jefe del hospital mental más grande de Noruega aseguró que las mujeres que habían copulado con soldados alemanes eran «deficientes mentales» y concluyó que el 80 por ciento de sus descendientes tenían que ser retrasados.
Helga Kahmarau
Paul Hansen arrastró ese calificativo durante décadas. Hijo de una breve aventura entre un piloto de la Luftwaffe y una sirviente que abandonó a su bebé al nacer. Hansen, de 57 años, pasó sus primero tres años en la relativa comodidad de un hogar Lebensborn al norte de Oslo. Pero su vida dio un giro terrible después de la guerra, dice, a causa de su ancestro alemán . Hansen fue trasladado a un centro donde se reunía con Lebensborn no reclamados. Dada su condición de epiléptico, fue rechazado para adopción y fue enviado, junto con otros 20 niños de Lebensborn, a un centro para los que no podían encontrar hogar. Funcionarios del Ministerio de Asuntos Sociales clasificaron entonces a estos niños, mitad alemanes, como retardados y los transportaron a instituciones mentales. Hansen recuerda los días que era insultado y vapuleado por los guardías, y las noches que pasó en dormitorios salpicados de excrementos, escuchando los gritos psicóticos de otros internos. Hansen no obtuvo su libertad hasta cumplir los 22 años.
Encontró un pequeño apartamento y un trabajo en una fábrica, y comenzó a buscar a sus padres. No había acceso a los expedientes noruegos de Lebensborn, pero con la ayuda del Ejército de Salvación en Noruega, supo que su padre había muerto en Alemania en 1952. Le siguió la pista a su madre hasta la población de Pasewalk, en Alemania Oriental. En 1965 viajó allí, pero la reunión fue una decepción. «Yo esperaba que extendiera sus brazos y dijera: ´oh, hijo mío´. Pero no le importó», recuerda. «Cuando le dije que había pasado mi vida en instituciones mentales, me contestó ´¿Y que? No fuíste el único». Hansen jamás regresó.
En los últimos años, Hansen ha encontrado cierta paz. Lo que le ha hecho la vida más soportable, dice, es la creciente disposición de los niños de Lebensborn noruegos de darse a conocer y compartir sus experiencias. Hansen dice que ha encontrado «nuevos hermanos y hermanas» a través de su participación de un grupo de apoyo; la reciente desclasificación de los expedientes de Lebensborn ha permitido a muchos niños de la guerra descubrir a sus padres. El mes pasado,
Hansen y otros seis descendientes de Lebensborn interpusieron una demanda contra el gobierno, solicitando millones de dólares en daños por décadas de tratamiento brutal. En la víspera de Año Nuevo del año pasado, el Primer Ministro de Noruega pareció admitir la responsabilidad del gobierno, al manifestar por primera vez sus disculpas públicas, por el acaso e «injusticia cometidos» contra los niños de la guerra.
Helga Kahrau jamás ha encontrado esa paz. La búsqueda de sus raíces comenzó a mediados de la década de 1970, cuando vio un documental de la televisión alemana sobre el programa Lebensborn. Pero temía preguntar a su madre sobre su historia familiar. Cuando Mathilde Kahrau murió, Helga viajó a Pullach, cerca de Munich, la antigua residencia de sus padres adoptivos y actual sede de la central de inteligencia alemana después de la guerra. Allí descubrió expedientes nazis que aportaban información sobre su padre adoptivo y los crímenes que cometió la servicio de la «solución final». Las últimas piezas encajaron en marzo de 1994, el día de su cumpleaños cuando recibió una llamada telefónica de un hombre que se identificó como su padre natural.
Padre de Helga
Helga se quedó estupefacta. «Le dije: ´¿porqué me llamas después de 53 años?´ A sus 80 y aquejado de cáncer, él le explicó que sus pensamientos se habían vuelto hace poco hacia la hija que había procreado durante la guerra. Se reunieron al día siguiente. «El era encantador», dice, «Fue amor a primera vista». Le contó a Helga de la noche de pasión con su madre, de su servicio militar en el París ocupado, y de su carrera en bienes raíces tras la guerra.. «Se había hecho millononario», dice Kahrau. A medida que empeoraba la salud de su padre, lo atendió ininterrumpidamente, esperando recibir parte de su herencia. Pero cuando él murió en 1996, Helga como hija ilegítima no heredo nada.
En los cuatro años transcurridos, Helga ha encontrado alivio hablando con un psicólogo. Ha visitado varias veces el sitio donde nació, el primer hogar Lebensborn en Steinhöring, cerca de Munich. Pero, a diferencia de Noruega, Alemania no tiene grupos de apoyo para los niños del programa, como tampoco ella ha encontrado apoyo en la sociedad alemana para enfrentar el tema. A Helga le sigue preocupando que la gente presuma que ella es una nazi., porque «crecí al lado de asesinos», dice. «Ser un niño de Lebensborn es todavía motivo de oprobio», admite. Esa vergüenza es el legado de los nazis a aquellos que, según creyeron una vez, heredarían la tierra.
En los últimos años, Hansen ha encontrado cierta paz. Lo que le ha hecho la vida más soportable, dice, es la creciente disposición de los niños de Lebensborn noruegos de darse a conocer y compartir sus experiencias. Hansen dice que ha encontrado «nuevos hermanos y hermanas» a través de su participación de un grupo de apoyo; la reciente desclasificación de los expedientes de Lebensborn ha permitido a muchos niños de la guerra descubrir a sus padres. El mes pasado,
Hansen y otros seis descendientes de Lebensborn interpusieron una demanda contra el gobierno, solicitando millones de dólares en daños por décadas de tratamiento brutal. En la víspera de Año Nuevo del año pasado, el Primer Ministro de Noruega pareció admitir la responsabilidad del gobierno, al manifestar por primera vez sus disculpas públicas, por el acaso e «injusticia cometidos» contra los niños de la guerra.
Helga Kahrau jamás ha encontrado esa paz. La búsqueda de sus raíces comenzó a mediados de la década de 1970, cuando vio un documental de la televisión alemana sobre el programa Lebensborn. Pero temía preguntar a su madre sobre su historia familiar. Cuando Mathilde Kahrau murió, Helga viajó a Pullach, cerca de Munich, la antigua residencia de sus padres adoptivos y actual sede de la central de inteligencia alemana después de la guerra. Allí descubrió expedientes nazis que aportaban información sobre su padre adoptivo y los crímenes que cometió la servicio de la «solución final». Las últimas piezas encajaron en marzo de 1994, el día de su cumpleaños cuando recibió una llamada telefónica de un hombre que se identificó como su padre natural.
Helga se quedó estupefacta. «Le dije: ´¿porqué me llamas después de 53 años?´ A sus 80 y aquejado de cáncer, él le explicó que sus pensamientos se habían vuelto hace poco hacia la hija que había procreado durante la guerra. Se reunieron al día siguiente. «El era encantador», dice, «Fue amor a primera vista». Le contó a Helga de la noche de pasión con su madre, de su servicio militar en el París ocupado, y de su carrera en bienes raíces tras la guerra.. «Se había hecho millononario», dice Kahrau. A medida que empeoraba la salud de su padre, lo atendió ininterrumpidamente, esperando recibir parte de su herencia. Pero cuando él murió en 1996, Helga como hija ilegítima no heredo nada.
En los cuatro años transcurridos, Helga ha encontrado alivio hablando con un psicólogo. Ha visitado varias veces el sitio donde nació, el primer hogar Lebensborn en Steinhöring, cerca de Munich. Pero, a diferencia de Noruega, Alemania no tiene grupos de apoyo para los niños del programa, como tampoco ella ha encontrado apoyo en la sociedad alemana para enfrentar el tema. A Helga le sigue preocupando que la gente presuma que ella es una nazi., porque «crecí al lado de asesinos», dice. «Ser un niño de Lebensborn es todavía motivo de oprobio», admite. Esa vergüenza es el legado de los nazis a aquellos que, según creyeron una vez, heredarían la tierra.
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y SUS CARACTERISTICAS.
La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto aramado más grande y sangriento de la historia mundial , en el que se enfrentaron las potencias aliadas y las potencias del eje, entre 1939 y 1945. fuerzas armadas de màs de setenta paìses participaron en combates aèreos, navales y terrestre. Por efecto de la guerra murió alrededor del 2% de la población mundial de la época (unos 60 millones de personas), en su mayor parte civiles. Como conflicto mundial comenzó el 1 de septiembre de 1939 (si bien algunos historiadores argumentan que en su frente asiático se declaró el 7 de julio de 1937) para acabar oficialmente el 2 de septiembre de 1945.
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